Año nuevo, vida nueva…
Llega el momento de replantearse el rumbo personal y profesional.
Numerosas empresas comienzan el año innovando ya sea en productos como en procesos, pero, ¿debemos innovar?
Párate y piensa
Cuando detectamos que el sector en el que nos encontramos está estancado y deja de crecer a un ritmo expansivo, nos encontramos entonces ante la llamada fase de «Madurez». Sí, para todo hay madurez, no sólo para las personas, al fin y al cabo una empresa es también una personalidad, jurídica, pero dispone de su ciclo de vida y los sectores, no se libran del paso del tiempo.
¿Cuando percibimos que estamos en una fase de madurez? Cuando…
- Competencia y competencia. Nos salen competidores de todos lados y la lucha por ganar clientes se hace notoria.
- Compradores cada vez más exigentes, negocian la compra y adquisición de nuestros productos y servicios.
- Presión sobre los costes debido a la necesidad de reducir, en algunas ocasiones, la oferta de nuestros productos y servicios. (Innovar en procesos, invertir).
- Dificultad en conseguir nuevos productos y aplicaciones.
- Aumento en competencia internacional. No olvidemos que hoy en día casi todo es a nivel GLOBAL.
- Descenso en cuanto a beneficios del sector.
La madurez del sector en el que nos encontremos me hace recordar las relaciones establecidas por Porter en su clásica teoría de «Las cinco fuerzas».
Yo soy partidaria de coger un papel y un lápiz y trazar esta matriz.
Partiendo del epicentro, debemos anotar aquello que percibamos como «principales competidores» y qué nos diferencia de ellos, o mejor dicho, qué tienen ellos como puntos fuertes y débiles que nosotros no tengamos, pero sobretodo, por qué son nuestros rivales.
A partir de ahí y siguiendo la linea vertical, meditar la posible entrada de nuevos competidores así como la amenaza de productos sustitutivos que puedan restarnos cuota y participación de mercado a corto plazo.
Una vez trazada la línea vertical en la que sabemos quiénes son nuestros posibles competidores y las amenazas existentes en cuanto a «copia» de nuestros servicios y productos, es hora de ponerse manos a la obra y empezar por trazar un plan de acción que incluye una «Estrategia para sectores en declive», que básicamente implicaría la remodelación de la cartera de productos, es decir, una posible innovación en cuanto a procesos o en cuanto a producto en sí.
Con ello se podrá negociar mejor con proveedores para una correcta producción y distribución del mismo y así una posterior negociación final irresistible de cara a nuestros clientes.
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¿Qué estrategia elegir?
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Aquí viene el dilema. Vamos a partir de tres posibles estrategias.
- Estrategia basada en coste. Ello implicaría la utilización de economías de escala si nuestro negocio puede permitirlo y si realmente es necesario, puesto que si nuestro negocio es de tamaño medio, la estrategia en este apartado sería más recomendable si la centramos en bajadas de costes con compras a proveedores que nos oferten precios inferiores en cuanto a producción. También se puede optar por recortar en costes vía reducir inversión en plantas productivas, gastos en almacenaje y optar por otros métodos de comunicación y marketing digital que impliquen una reducción del coste de publicidad offline.
- Estrategia de segmentación y selección de cartera de clientes. Numerosas empresas cometen el fallo inicial de sucumbir a la exportación de sistemas productivos a países en los que se encuentran en una fase anterior al declive pero lejos de paliar momentáneamente el resultado económico de la empresa, retrasan la madurez y el declive inevitable.
- Innovar. Aquí es donde quería llegar. Sí, innovar si creemos que nuestro sector está en declive y si creemos que económicamente el ROI será positivo. Es hora de innovar en …por ejemplo…
- Marketing & Comunicación
- Diseño de producto. Ya sea renovación de los existentes así como la creación de nuevos.
- Mejora en cuanto a servicio al cliente. Hoy en día PRIMORDIAL ya que al aumentar el comercio online al menos se espera que la resolución de problemas técnicos sea también offline.
Para la visualización de toma de decisiones en sectores maduros y en declive, BCG también nos brinda su interesante matriz anteriormente citada en mi anterior post «El producto, ese gran desconocido».
Así pues y dependiendo de en qué cuadrante nos encontremos, será conveniente luchar por mantener la cuota de mercado o bien directamente salir del mismo a través de la desinversión, que puede ser paulatina o rápida.
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Tenemos una idea innovadora y queremos difundirla.
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Tushman y Nadler ponen en relación a esta evolución con el ciclo de vida del producto donde podemos observar esa fase introductoria e embrionaria, fase de crecimiento con innovaciones en cuanto a proceso y producto para después esa inversión en plantas productivas, manejo del equipo humano (muy importante y que constituye una interesante fuente de productividad) y su posterior difusión.
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Como bien decía el premio Nobel de Química Linus Pauling «Si quieres tener buenas ideas, tienes que tener muchas ideas. La mayoría de ellas serán erróneas, y solo tienes que aprender cuáles desechar.»
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Innovar hacia el mercado
De nada sirve que no tengamos una idea de cómo podemos diferenciarnos del resto. La diferenciación es la clave del éxito y por lo tanto requisito para toda innovación.
- Diferenciarse. Transmitir realmente en qué nos diferenciamos y hacer saber a nuestros clientes que somos esa solución a sus problemas.
- ¡Crear Crear y crear! Aquí algunas ideas de innovaciones emprendedoras. «6 Ideas de Negocios innovadores con origen en Nueva york»
- Horizontes ampliado. Plantea la posibilidad de trasladarte a mercados emergentes o a países en donde la demanda de la innovación puede ser mayor.
- Cambio y más cambio. No sólo en un modelo de negocio, también en cuanto a la tecnología empleada. Mantente actualizado en cuanto a nuevas tecnologías empleadas en el sector y no tengas miedo de participar en concursos para emprendedores. Pega un vistazo a esto...Concurso emprendedores 2015
- ¡Coopera, Co-crea! A veces sale más rentable unificar fuerzas y compartir ideas innovadoras con empresas que pueden aportar ese granito de arena que nos falta. No tengas miedo de cooperar con instituciones que lejos de ser rivales, pueden ayudarte con sistemas productivos o con la difusión final de tu idea.
Innovar en la organización
De nada sirve que alardeemos de nuestro afán de expansión si antes, como organización, no nos hemos esforzado por el cambio.
- Flexibilidad
- Sentimiento de pertenencia
- Mejora en cuanto a colaboración en equipos. Consolidar un buen Teamwork.
- Tolerar el fracaso. Aprendamos de los errores, y más si estamos innovando.
- Sentirse bien en la organización. Dinamismo y respeto, pero ante todo colaboración. En una innovación, todos somos nuevos.
Para innovar debemos estar preparados al cambio y hacerlo no es una tarea fácil.
Es necesario estar preparados para posibles errores y plantear soluciones a los mismos a modo de «ensayo-error-feedback-solución».
Como personas lo hacemos, constantemente, es lo que se conoce como la neuroplasticidad auto-dirigida que no es otra cosa que reconfigurar nuestro cerebro y nuestra forma de pensar a través de la repetición de nuevos conocimientos y acciones que nos hagan pensar diferente y que con la ayuda del esfuerzo y la constancia nos auténticas máquinas resolutorias de problemas.
Al fin y al cabo las empresas somos personas y no al revés. Debemos esforzarnos por conseguir cambios que aporten frescura y creatividad al mercado, que nos hagan convertir esa madurez en experiencia y no en declive.
¡Es hora de innovar!
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